sábado, 8 de septiembre de 2012

15 de Agosto

Un 15 de agosto me disponía a comenzar una de las experiencias más importantes en toda mi vida hasta la fecha. Suecia un país conocido por su frío, su vegetación, sus animales nórdicos y ahora un país que comenzaría a ser mi hogar durante tres meses, tres meses en los que conviviría con una familia totalmente desconocida para mí pero que aún así ahora formaría parte de mi vida.

La aventura comenzaba a las 3:45, uno hora inhumana para una persona a la que le gusta dormir, fue un momento duro en el que las lágrimas de mis ojos no pudieron resistirse a aparecer ante la despedida de mis seres queridos pensando que durante tres largos meses no podría ver sus rostros enfadados o alegres ante mis ojos. Durante el viaje en bus hasta el aeropuerto de Coruña se pasaba por mi cabeza todo tipo de dudas e ilusiones sobre este viaje mientras mis compañeros hablaban sobre su verano o como su nueva familia sueca yo no pude ivitar evadirme en mis pensamientos hasta que cogiendo una bocanada de aire fresco me dispuse a coger mi dos maletas que me acompañarían en este viaje y ahora sí iniciar mi viaje, el avión con destino Estocolmo me estaba esperando.

Esa misma tarde llegábamos a la capital sueca. Con nervios y miles de ilusiones nos disponíamos a bajar del avión y conocer a nuestras nuevas familias, miles de preguntas pasaban por nuestra mente pero ya no quedaba tiempo cada sueco con su madre nos estaban esperando atentos a nuestras miradas pensando: Ya están aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario